El tratamiento ortodóntico se realiza para corregir maloclusiones y anomalías dentomaxilofaciales. Su primera fase es activa y consiste en la colocación de brackets en la superficie de los dientes. Estas piezas permiten hacer movimientos en el conjunto dentario para alinearlo y conseguir la oclusión natural.
La segunda fase es pasiva y no menos importante. Después de haber conseguido los resultados esperados, se retiran los brackets y se colocan los retenedores dentales. Qué son, para que se utilizan, qué tiempo hay que usarlos y qué tipos existen, lo describiremos a continuación.
Definición y utilidad
Los retenedores dentales son sistemas hechos a la medida del arco maxilar y mandibular que mantienen la corrección de las posiciones dentales. Debido al corregimiento algunos tejidos periodontales y gingivales sufren alguna modificación y necesitan algún tiempo para estabilizarse de nuevo.
La dentadura queda algo inestable después del tratamiento, así que no usar los retenedores conlleva al riesgo de que los dientes vuelvan a su posición inicial, ya que tienen una memoria genética. Este periodo de contención ortodóntico es fundamental ya que de él depende el sellado final del ordenamiento dental.
Si no se colocan los retenedores dentales, el tratamiento habrá sido un fracaso, ya que con el tiempo la dentadura estará como al principio. Existen muchos tipos de retenedores, cada uno para cada gusto, cada presupuesto y cada diagnóstico. Lo importantes es utilizarlos, saber de qué manera se colocan y cual es su adecuado mantenimiento.
Por cuánto tiempo usarlos
La duración depende del grado de movilidad que el ortodoncista utilizó para llevar las piezas a la posición ideal. Algunos especialistas recomiendan utilizarlos las 24 horas del día los primeros 3 meses, y luego solo por las noches los siguientes 7 meses que completan el año estipulado para el uso.
Otros en cambio recomiendan utilizar los retenedores de por vida para que los resultados se mantengan intactos a través del tiempo. Cada transición va a depender de cada cavidad oral, no todos tenemos la misma edad, la misma fortaleza ósea, ni la misma respuesta ante los retenedores dentales.
Así que lo ideal es que el ortodoncista lleve una vigilancia durante esta fase. Esto le permite hacer un seguimiento para saber si todo marcha bien, o si por el contrario alguna pieza se está moviendo de forma inapropiada o si debe rotar el tipo de retenedor para que los resultados se mantengan intactos.
Tipos de retenedores
La ortodoncia ha llegado de la mano con la modernidad empleando dispositivos tanto estéticos como funcionales. La variedad ha sido ajustada a las exigencias de cada paciente, y a cada caso clínico en particular. Los tipos se pueden clasificar en:
- Removibles. Son cambiables, es decir se puede quitar y poner para comer o para realizar la higiene bucodental. Los hay de plástico transparente tipo invisible, y también de acrílico con un gancho metálico delantero que se ve externamente.
- Fijos. Estos retenedores suelen fijarse de los incisivos desde el interior. Es decir que no se observan de forma externa, quedan escondidos de una buena sonrisa. Pueden permanecer de manera indefinida si se desea. El paciente no puede removerlos, solo debe hacer una buena higiene bucal.