La adecuada higiene de nuestros dientes es una práctica constante que debemos cuidar, como parte del aseo personal y de la salud preventiva. Es importante enseñar a nuestros hijos cómo cepillarse desde la aparición del primer diente de leche y llevarlos a su cita anual al odontólogo para llevar un control de su salud bucal.

Dientes de leche

Cada niño tiene su tiempo biológico de acuerdo a su salud, su condición genética y ambiente en el que se desarrolla. Pero generalmente, a la edad de 3 años, nuestros hijos tienen sus 20 dientes de leche, ocho incisivos, cuatro caninos y ocho molares. Los primeros en aparecer son los del área delantera superior e inferior.

Este proceso causa dolencias en las encías, que pueden aliviarse con un paño húmedo o con un anillo de dentición, correctamente higienizados. En caso de ser más fuerte la inflamación o el dolor, debemos llevar al bebé a su dentista pediátrico.

Los dientes de leche son fundamentales para alimentarse, protegerse, hablar, masticar y sonreír, en busca de una vida más integral y saludable. En cuanto a su higiene, debemos enseñar a nuestros hijos a limpiarse, desde el primer diente, tres veces al día o después de cada comida.

Vale destacar que hábitos como chupar el dedo o morderse las uñas en la niñez, pueden a largo plazo crear irregularidades en la ortodoncia de los adultos.

En los primeros días después del nacimiento de nuestro bebé, debemos lavar sus encías con una gasa húmeda y limpia. Y desde la aparición del primer diente, este debe ser higienizado con un cepillo infantil y con pasta dental fluorada en pequeñas dosis.

Dientes permanentes

Los dientes secundarios o permanentes son 32 y aparecen al sustituir los de leche. Están formados por los incisivos (8 piezas), caninos (4), premolares (8) y molares (12). Generalmente, nuestros niños a la edad de 6 años reciben su primer molar, y después de un año aproximadamente, salen sus incisivos centrales permanentes y así sucesivamente hasta los 30 años, con el tercer molar.

Los incisivos son los anteriores con borde afilado y su función es cortar los alimentos, mientras que los caninos o colmillos los desgarran. A su vez, los premolares o bicúspides los trituran y los molares terminan de moler los comestibles que ingerimos.

La dentadura es básica para evitar otras muchas enfermedades producidas por una mala masticación de los alimentos. Por ello, mantenerla sana y evitar enfermedades de los dientes y las encías es asegurarnos una vida con salud. Los hábitos de higiene bucal son imprescindibles para la vida de nuestros dientes.

¿Cómo cepillarnos de forma correcta?

Para una higienización más completa, se recomienda cepillarse una vez, después utilizar el hilo dental, usar el cepillo nuevamente y finalmente hacer uso del enjuague bucal para un aliento más fresco.

Los pasos para una adecuado cepillado son los siguientes.

  1. Colocar el cepillo con un ángulo de 45 grados con respecto a las encías.
  2. Moverlo adelante y atrás con suavidad y cubrir los dientes por completo.
  3. Pasarlo por las áreas exteriores e interiores.
  4. Inclinar el cepillo en posición vertical con movimientos hacia arriba y abajo para alcanzar el área interior de los dientes frontales.
  5. Limpiar la lengua.

Es importante visitar al odontólogo por lo menos una vez al año de forma preventiva y no hacerlo solo cuando haya dolor ya que puede ser muy tarde y ponemos en riesgo la integridad de nuestros dientes y sonrisa.

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