Dificultad para deglutir, mal aliento y dolor en la garganta son algunos de los síntomas de un problema poco frecuente pero al que tenemos que prestar atención: los tonsilolitos. También conocidos como piedras en las amígdalas, estas manchas blanquecinas pueden causarnos incomodidad, aunque la mayoría de las personas no sienten ningún tipo de molestia.

Aun así, no debemos ignorar la aparición de estos cálculos. Conozcamos todo sobre ellos, sus causas, síntomas y los tratamientos disponibles. 

Qué son los tonsilolitos

Antes de definirlos, es importante que entendamos qué son las amígdalas. Estas masas de tejido que se encuentra en la parte posterior de nuestra garganta, cumple un papel importante al protegernos de virus, bacterias y otros agentes perjudiciales para la salud. Así que forman parte del sistema inmunitario.

Las amígdalas están recubiertas por una mucosa, en la cual se encuentran criptas y fosas. Cuando se alojan restos de bacterias, comida u otro tipo de desechos en las fosas, estos se endurecen o calcifican, formando los tonsilolitos o piedras. Lucen como manchas blancas o amarillentas, y son los causantes de problemas como el mal aliento.

Ahora bien, no debemos confundir las piedras con la amigdalitis. Esta última es una afección muy común en todo tipo de personas, y consiste en la inflamación de las glándulas. Si una persona presenta amigdalitis de forma frecuente, es más probable que desarrolle cálculos amigdalinos.  

Las causas más comunes

Para prevenir la formación de estos cálculos, debemos conocer las causas de los tonsilolitos. Estas son las más frecuentes:

Los síntomas de los tonsilolitos

Aunque estos cálculos no son malignos, pueden ocasionar malestar. Sin embargo, en otros casos no generan molestias o son muy leves. Cuanto más grandes sean los cálculos, mayor será la incomodidad en el paciente. Estos son algunos de los síntomas:

Los tratamientos existentes

El tratamiento dependerá de la causa del problema. En algunos casos, se procede a extirpar las amígdalas, aunque solo si es estrictamente necesario. 

En otros, simplemente se recetan antibióticos. Pero lo mejor es tomar medidas para prevenir esta afección. Para eso, debemos tener buenos hábitos de higiene, una alimentación saludable y visitar a nuestro odontólogo al menos una vez al año. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

967 21 52 51
Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?